miércoles, 26 de noviembre de 2014

Wabi-Sabi, filosofía oriental parar decorar la casa

No se rige por unas normas estrictas como otros estilos en los que tiene que predominar cierto color o cierto material para que algo pueda considerarse de esa tendencia. En el caso del Wabi-Sabi, la forma en que se entiende la vida es la que nos dictará cómo decorar nuestro hogar.

El Wabi-Sabi es una corriente estética y filosófica con origen en Japón y que se relaciona con el estilo zen budista.

La belleza de lo imperfecto 

Una de las máximas que sigue la corriente Wabi-Sabi es la de buscar la belleza en la imperfección, por lo que si queremos que nuestro hogar siga esta estética es lo primero que debemos tener presente. Nada de acabados perfectos en los materiales o restaurar muebles para dejarlos como nuevos, todo lo contrario. Hay que dejar fluir el paso natural del tiempo y observar cómo va afectando a todo lo que nos rodea para apreciar esa belleza y ser conscientes de que todas las grietas o imperfecciones que se vayan produciendo en el hogar son dueñas de una historia propia y tienen mucho que contarnos.
En el Wabi-Sabi se enaltecen los elementos realizados de forma natural y que se encuentran lo más cerca posible de su forma real, así que nada de comprar mobiliario ensamblado que ha sido construido en una fábrica, sino que hay que estar en contacto con la naturaleza lo máximo posible.

Estética subjetiva 

La importancia del presente es fundamental, ya que debemos estar satisfechos en todo momento con aquello que estamos viendo en ese preciso momento, ser conscientes del aquí y el ahora y sentirnos en plena armonía con el entorno que hayamos creado. También es destacable añadir que, para la doctrina Wabi-Sabi, no hay un canon de belleza establecido o un elemento que sea indispensable, sino que es siempre la persona que mira la que establecerá lo que es bello y lo que no de acuerdo con sus sensaciones en ese instante concreto.
Como veis, este estilo es bastante subjetivo y dependerá mucho de nosotros la forma de llevarlo a cabo, siempre y cuando sigamos las máximas establecidas por el Wabi-Sabi.



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