miércoles, 5 de noviembre de 2014

Restaurar lápmara vieja

Una lámpara que tengamos en casa se puede estropear con el paso del tiempo, pero no hace falta tirarla. Podemos restaurarla para dejarla como nueva sin necesidad de comprar otra.

Puede ser que a una lámpara se le quite la pintura del mástil o simplemente que la pantalla pierda color o que te apetezca cambiar de aires. Incluso también puede que te hayan dado una lámpara antigua y quieras colocarla en tu bonito salón pero no pega por su estilo o color. Restaurar una lámpara no es un proceso complicado y en poco tiempo tendremos una lámpara nueva.

Restaurar una lámpara dañada

Tanto si tenemos una lámpara de pie, de mesa o de techo, que puede ser de araña, podemos restaurarla para darle otro toque, para cambiarla de estilo o para arreglarla si está rota. En todos los casos lo primero que hay que hacer es quitar las bombillas y desenchufarlas o bajarlas del techo si es necesario.
Hazte con una o varias lijas finas, ya sean de rollo o de cepillo, según te interese y te sea más práctico. Este será el segundo paso a realizar, es decir, lijar con sumo cuidado las partes metálicas de la lámpara. Digo con sumo cuidado porque el metal de las lámparas no suele ser muy duro ni tampoco muy basto y podemos terminar con la lámpara aún peor.
Después lo mejor es utilizar un producto específico para quitar el óxido que pueda tener. Estos productos los podrás encontrar en ferreterías y tiendas especializadas de bricolaje. Una vez retirado el óxido y la pintura sobrante o en mal estado, puedes meter la lámpara en sosa cáustica para evitar que el óxido vuelva a aparecer. Otra opción es proteger la lámpara del óxido con productos para ello.

Pintar una lámpara para terminar de restaurarla

Cuando hayas terminado todo el proceso anterior, comienza a pintar la lámpara. Puedes utilizar pintura en espray o pintura para aplicar con pincel. Sea de una forma u otra, antes de hacerlo protege con cinta de carrocero las partes de la lámpara que no debes pintar. Cuando vayas a comprar la pintura asegúrate que es especial para metal y sobre todo que resista el calor.
Una vez seca, puedes volver a colocar la misma pantalla que tenía o luminarias, o bien, adquirir otras diferentes para cambiar por completo su estilo y color. Cuando vayas a comprarlas lleva la pantalla o una de las luminarias y pregunta al personal de la tienda, ellos te podrán asesorar sobre cuál o cuáles te pueden servir. Una vez en casa simplemente ponla en su lugar y disfruta de una lámpara restaurada a tu gusto.

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