No hace falta que un salón tenga grandes dimensiones, en realidad es la
zona que usamos para socializar, relajarnos mirando a la chimenea, leer
un libro... La combinación correcta de los elementos es la clave para
conseguir que un salón pequeño parezca mucho más espacioso.
Muebles versátiles
Una de las combinaciones más clásicas es probablemente la más acertada para este tipo de espacios: un sofá y dos sillas situadas en un ángulo de 90º con una mesita auxiliar pueden ser suficiente. Para optimizar recursos podemos usar una mesa otomana tapizada que
hará las funciones de varios de estos elementos a la vez: mesa
auxiliar, silla extra por si se necesita e incluso como reposapiés.
Otro truco es colocar las cortinas lo más alto
posible, es decir, no dejar que se vea espacio de pared entre el techo y
la tela, esto dará mayor sensación de altura.
En lugar de utilizar un mueble para la televisión, que ocupará mucho espacio, podemos colgarla en la pared. Además, para ocultar los cables podemos colocar listones de madera cubriendo la pared que le darán un toque mucho más acogedor al pequeño salón.
Espejos y tonos claros
Si nuestra estancia es además algo estrecha, el sofá tendremos que pegarlo bien a la pared para dejar más espacio en la zona central. Las mesas bajas y las lámparas altas también darán mayor sensación de amplitud.
Podemos incluso crear dos ambientes bien diferenciados, cada uno de ellos con colores y estilos diferentes: una zona para comer y la otra como salón.
No necesitaremos sofás enormes, actualmente existen diseños maravillosos de pequeño tamaño que pueden conseguir también una sensación de confortabilidad en un espacio reducido.
Los colores suaves y las mesas de cristal también nos ayudarán en nuestro objetivo. Y, por supuesto, no debemos olvidar los espejos.
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