miércoles, 22 de enero de 2014

Como hacer una decorativa mesa de ajedrez

Seguro que en un rincón de tu casa guardas una vieja mesa o mesilla a la que no consigues darle utilidad. Tal vez sea ésta la ocasión de recuperarla para incluir un nuevo elemento decorativo en tu salón.

El trabajo que a continuación proponemos supondrá tu bautismo en el arte de la marquetería y consiste en decorar con un tablero de ajedrez alguna de las mesas inutilizadas de tu trastero.

Para ello, necesitarás lijadora, escuadra, espátula, brocha, tijeras, cúter, cola, barniz, cinta de carrocero, una pieza de okume de 4 milímetros y 50 x 50 centímetros, y cuatro chapas de madera para marquetería de distintos tipos de madera: haya, nogal, tubinga, pino teñido en negro y erable.


El primer pegado
El primer paso consistirá en separar la plantilla con la cuadrícula sobre la que iremos pegando las casillas o escaques.

En función de la medida de los escaques, iremos cortando los cuadrados de chapa de madera de haya para los casilleros blancos, y de madera de nogal para los negros.

Para pegar los escaques aplicaremos cola de contacto sobre las dos superficies. La cola deberá secar lo suficiente antes de adherir las piezas: unos 10 ó 15 minutos. El adhesivo estará listo cuando veamos que aparentemente no pega al contacto del dedo.

Elaborando el tablero
Una vez seca la cola, colocaremos el marco, constituido por tres chapas de distintas maderas. Concretamente, formaremos una franja hecha de una tira fina de madera de pino tintada en negro, una tira un poco más ancha de madera de erable y una última de tubinga.

Después, colocaremos una cenefa enmarcando provisionalmente el tablero. Sujetaremos la banda con cinta de carrocero, situándola en su lugar exacto, y cortaremos las franjas superpuestas en inglete. Para ello, usaremos la regla tirando la línea desde el ángulo de la chapa de okume hasta el vértice del tablero.

Después, lijaremos toda la superficie y la limpiaremos de polvo.

El pegado final
Para el barnizado usaremos un recubrimiento satinado. Aplicaremos con un pincel muy suave, procurando no dejar el trazo de las cerdas. Podremos dar una segunda mano tras lijar suavemente la primera capa.

El último paso consistirá en pegar el tablero a la mesa. Si hemos tomado las medidas correctamente, la plancha casará fácilmente y con la misma cola podremos adherirla a su nuevo soporte.

Finalmente, protegeremos la superficie con un cartón y varios listones antes de colocar las mordazas que presionarán el tablero contra la mesa para un pegado más eficaz.

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