miércoles, 17 de septiembre de 2014

Cómo reparar las bisagras

Si las puertas de las habitaciones empiezan a chirriar, será momento de engrasar las bisagras. La mejor manera es levantar ligeramente la puerta con unas cuñas (sin llegar a sacarla de los pernos) y limpiar los pernos con aguarrás o algún desengrasante. Tendremos cuidado de que el producto no escurra y manchemos la puerta o el suelo, nos podemos ayudar de un pequeño pincel para su aplicación.

Cambiar las arandelas de las bisagras

A continuación, echaremos un aceite lubricante y ya podremos quitar las cuñas. Si observamos que la puerta roza en el suelo, suele ser por el desgaste de las arandelas separadoras que llevan las bisagras. Estos elementos facilitan el deslizamiento, pero están expuestos al desgaste por el uso. En este caso, habrá que sacar la puerta del todo de los pernos y cambiar las arandelas por unas nuevas que podemos adquirir en una ferretería o en un centro de bricolaje.

Reparar la madera astillada

En las puertas de los armarios de la cocina, sin embargo, el problema más habitual es que se aflojen los tornillos. Es buena costumbre apretar periódicamente los tornillos de las bisagras, ya que son tirafondos que se enroscan en la madera y que pueden terminar pasándose de rosca o, peor aún, astillando la madera.

Si ya se ha roto la puerta y se ha astillado la madera, todavía podremos solucionarlo. Desmontaremos por completo la puerta y la bisagra por donde se ha roto la madera. Usaremos masilla de dos componentes, la mezclaremos y la colocaremos en la zona rota apretando firmemente sobre la madera. Eliminaremos el sobrante con una cuchilla y, una vez seca, la lijaremos con lija de grano medio/fino. Por último, pasaremos una broca fina por donde tendrán que enroscar los tornillos y ya podremos montar la puerta de nuevo.

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